De ser explotadas, estas fallas que los expertos denominaron 'Quadrooter' le permitirían a los atacantes acceder a los equipos como 'root' (administrador), por lo que podrían tomar el control de los aparatos y acceder a toda la información -fotos, videos, micrófono, aplicaciones-, además de, por ejemplo, extraerla o borrarla.

Para hacerlo, los atacantes deberían instalar en un malware en esos teléfonos. Sin embargo, a diferencia de otros tipos de código malicioso, utilizando esta vulnerabilidad no haría falta obtener permisos especiales, por lo que podría, por ejemplo, instalarse desde Google Play.

Entre los equipos vulnerables hay muchos de gama alta y otros de gran circulación, como el Moto X de Motorola; BlackBerry Priv; Blackphone 1 y Blackphone 2; Google Nexus 5X, Nexus 6 y Nexus 6P; HTC One, HTC M9 y HTC 10; LG G4, LG G5, y LG V10; OnePlus One, OnePlus 2 y OnePlus 3; los Samsung Galaxy S7 y Samsung S7 Edge fabricados en Estados Unidos; y el Sony Xperia Z Ultra.

De todas formas, la cadena británica informó que "no hay evidencia de que estas vulnerabilidades estén actualmente siendo usada en ataques o ciberrobos".

"Estoy muy seguro de que estas vulnerabilidades serán usadas en los próximos tres o cuatro meses", afirmó Michael Shaulov, responsable de Checkpoint, en declaraciones a la BBC.

"Está siempre la carrera de quien encontrar la falla primero, sean los buenos muchachos o los malos", agregó.

Tras detectar esta falla en un trabajo de ingeniería inversa que demandó seis meses, Chekpoint se puso en contacto con Qualcomm para crear una parche, que fue distribuido a los fabricantes de teléfonos, aunque no está claro aun cómo esas empresas llevarán adelante las actualizaciones de los equipos.